viernes, 16 de marzo de 2007

Base de Datos de Cooperación (3).Anotaciones y Tipología.

a) Anotaciones.
Notemos que sólo 8 países de los 14 integrantes (incluido Chile), respondieron al llamado de captación de información sobre Cooperación Internacional de acuerdo al criterio clasificatorio de “necesidades”, con los resultados que entregamos y que constituyen esta Base de Datos. Señalemos asimismo, que de estos, no todos contestaron según la demanda de establecer tres necesidades y de priorizarlas. Con estos datos, se construyó una “matriz de necesidades”, que correlacionó países y necesidades sobre un eje de absisas y ordenadas respectivamente, constituyendo estas últimas la copia de lo que antecede. Sin embargo, el procedimiento conduce a un resultado tan “diverso” y difícil de “homogeneizar” (que era el resultado que se esperaba lograr con él), que condujo a que se concibiera una nueva matriz, en el cual las propuestas de los países (la información anteriormente establecida sobre el eje de las ordenadas), aparecieran como comunes a toda la matriz y que se simplificara el resultado por “chequear” con una cruz dónde correspondiere. El resultado no es mucho mejor, por cuanto como era lógicamente esperable, frente a información tan disímil, cada país aparece con una cruz sólo en los ámbitos que ha propuesto, siendo raro el caso en que se puede lograr definiciones comunes (excluyendo el caso de “relaciones internacionales”, que se estableció como común a todos).
De tal manera, optamos por considerar la información recogida, como insumo para una presentación más cualitativa, que permita servir de insumo efectivo para la redacción de un documento a remitir a los miembros participantes y que permita avanzar en el proceso de comprensión y desarrollo de la Red. Por cierto, como en el caso de la metodología establecida a nivel del país (y de la cual esta es réplica), se produce una suerte de tautología que hace que los intereses expresados, reflejen la atención predominante de los consultados, es decir, más que sus “necesidades” sus áreas de atención. La presente entrega en formato digital, de acuerdo al formato propuesto por medio del sitio Web, permite su revisión inmediata y precisa desde cualquier lugar y en cualquier momento, así como sus actualizaciones eventuales.
Por la “matriz de demandas”, aunque debió ser construida sobre la misma base conceptual y operativa que la precedente, para permitir el cruce de variables, sufrió una modificación notable, por cuanto se replica en ella el formato de Áreas del sistema de salud chileno y se pide: establecer 5 demandas, definirlas brevemente (en el ámbito de atención señalado) y priorizarlas, del 1 al 5. De la suerte, si el primer caso considerado, presentaba una estructura “abierta”, este es “cerrado” con priorizaciones. Este ejercicio arrojó los resultados que recogimos. En primer lugar, digamos que el total de respuestas es en este caso de ocho, sobre 14. Sin embargo, no está Argentina y aparece República Dominicana, que entrega dos matrices, una según el formato general señalado y otra en que se replica el “formato abierto” de la matriz de necesidades, aunque se pide establecer 3 demandas, en lugar de 5. Adicionalmente, en la Matriz “común” que se entrega, cabe observar que no se identifican ni priorizan las 5 demandas.
La “presentación” de Colombia, reviste las condiciones de un caso particular, por cuanto desarrolla un planteamiento que escapa en detalle y extensión a todos los otros recibidos. La confusión de numerales, no obstante, así como la aparentemente arbitraria inserción de categorías dentro de los marcos propuestos, pareciera reflejar una tarea menos acuciosa (o si no, realizada con las características de un ejercicio de copy-paste), que lo que la cantidad de información remitida indica. En todo caso, la información es de otro “orden” que la que se recibe desde el resto de los países, lo cual, agrega aún una dificultad adicional a la determinación del procedimiento unitario para dar cuenta.
Resulta paradigmático de las dificultades que enfrentamos para proponer un diseño de análisis que presente de manera fidedigna y confiable la información recogida de acuerdo a un modelo homogéneo, la comparación entre lo recibido por dos países: si uno por ejemplo, presenta una información abigarrada, extensa y excesiva –podríamos decir-, otro, presenta no uno, sino dos informes, dónde en el primero se limita a marcar con “x” la “matriz de demandas” que se le ha enviado, sin priorizar y en el segundo (que dicho sea de paso y para abundamiento de la confusión), solicita tres (3) prioridades en lugar de las cinco (5) del primero), se limita a escribir sólo una demanda. La representación de una de las oficinas de cooperación, anota doce (12) demandas en el formato (que en este caso solicita cinco) y que además responden a cuatro priorizaciones de 1-2-3, según 4 “Áreas temáticas” propuestas… De la suerte, en el primer lugar de las priorizaciones hemos debido en ese caso, anotar cuatro, etc. Otro país presentó seis (6) prioridades… de las cuales dos eran entradas dobles, es decir que suman ocho y a las cuales se agregan otras “prioridades” sin numeración…
La de-construcción realizada, ha consistido básicamente en reformatear lo recibido, extrayéndolo de los marcos matriciales, para incorporarlo en un texto que permita una honesta conversación de sentido. Las funciones “técnicas” de las distintas dependencias, en una época marcada por el “pragmatismo”, se manifiestan en una proliferación de “cuadros y tablas”, que por si mismos (es decir, por poder concebir que así es la forma en que la información debe presentarse, adquieren fuerza de razón). En nuestra opinión, la manifestación expresa de lo cuantificable, ha conducido a que las representaciones de los “grandes números” y el principio estadístico, hayan permeado el ejercicio de la función social, convirtiendo el material de trabajo cotidiano de nuestras dependencias en una interminable colección de “cuadros” y “tablas”, que aunque debieran constituir la base o al menos uno de los elementos de análisis, en muchos casos terminen por sustituirlo. Ciertamente, el manejo de Power Point, incorporado dentro de las herramientas que vienen dentro de cada PC ha ayudado a ello y a que se “maneje” gran cantidad de información que no necesariamente se ha comprendido en sus alcances y que permita la retroalimentación participativa de manera sistemática.
Un primer momento, ha consistido entonces en reordenar la información recogida, para poder leerla y construir a partir de su comprensión, un documento que la recoja y que pueda ser difundido a los participantes, de acuerdo a nuestros compromisos en la materia. Un segundo momento consiste en el cruce de estos distintos materiales por país, sacándolos del esquema original de agruparlos por ítems (necesidades, demandas, ofertas), para determinar los niveles de coherencia entre cada uno de ellos. En este sentido, destaca primero, que cada país haya desarrollado estos ítems, de manera “independiente” unos de otros y que no haya relación comprobable entre las categorías, cuestión que se hace notable al considerar la proximidad “teórica” y la consistencia que tendría que haber entre “necesidades y demandas”.
Por otra parte, en cuanto a la “oferta”, resalta que los países (los que desarrollaron más acuciosamente el ejercicio), parecen haber concebido la oferta como una presentación de lo que el país está haciendo en salud y que le parece al representante de la oficina como lo más destacable y que sería campo eventual de una transmisión de experiencias a los otros países. En esta medida, aunque ello esté muy bien en los dos sentidos de permitirnos una imagen “de primera mano” de lo que se está haciendo en cada país y de que fuere ciertamente loable el genuino interés por compartir y enseñar, parece que no remite a algún nivel comprobable de consideración de planes y programas para ponerlos en marcha (o pensados por las autoridades respectivas), a través de la búsqueda de financiamiento, que los pudieren hacer concretamente realizable en el corto plazo.
b) Tipología.
De esta manera, nos parece conveniente plantear que la presentación analítica de este material, deba inscribirse en el marco de una tipología, que dé cuenta del marco legal que la sustenta y de los distintos niveles de objetivación práctica que ha tenido. Para ello, cada una de las tres categorías habría de inscribirse dentro de un formato que respondiera al siguiente criterio:
a) Forma parte de los convenios en vigor y se ejecuta actualmente.
b) Es parte de los convenios pero no se ejecuta.
c) Proviene de otras fuentes.
Como el material obtenido (y que aquí se presenta) no contempló estas alternativas, habríamos de considerar que corresponde al tercer caso considerado, aún cuando ello no fuera necesariamente así. Es recomendable una revisión que permitiera establecer su pertenencia a un marco normativo como el propuesto. Por otra parte, resulta sumamente importante, para poder hacer un tratamiento adecuado, que supusiera monitoreo, seguimiento, evaluación, ajustes y ampliación de la oferta a nuevos campos (y esto particularmente en el campo de la oferta, tanto en la medida que esté siendo llevada a cabo por los países, como si no lo fuera), establecer una cronología precisa y un banco de datos operacional.
Como vemos, nuestro enfoque supone necesariamente dos cosas para permitir el correcto desarrollo de este tema: uno es el establecimiento de relaciones de retroalimentación planificadas de acuerdo a un programa -que contemple metas, indicadores y plazos-, con las oficinas que conforman la Red y al mismo tiempo, la decidida implementación de un sistema de soporte Web que permita la construcción de archivos documentales, consulta y actualización on-line de la información pertinente y acceso al trabajo en curso, para transformarlo en colaborativo y de esa manera autentificar su representatividad. Con el presente material esperamos haber contribuido –aunque de manera diferencial-, tanto a la realización, como a la toma de conciencia de ello.